DECLARACIÓN PÚBLICA
El día miércoles 28 de julio el señor Roberto Pizarro presenta su renuncia como Rector de la UAHC al Directorio, por considerar que esta institución no da las garantías necesarias para el ejercicio de su gestión.
Esto es reflejo de la crisis que vive la Universidad, producto de una deficiencia en la conducción de la institución en la cual sectores del Directorio, con actores claves que concentran en sí mismos un exceso de atribuciones, enrarecen la naturaleza del organismo, no permitiendo que se concrete un proyecto aprobado por ellos mismos al contratar al señor Pizarro.
Creemos que es imperioso que la Academia asuma las transformaciones necesarias para posesionar el pensamiento crítico por el que dice bregar dentro del debate a nivel nacional, pues no basta aludir a la vocación de país si la producción intelectual se mantiene dentro de los límites de la marginalidad. Es necesario asumir transformaciones profundas con planes de desarrollo que abran la Academia a la sociedad, para que su proyección no acabe en sus propios muros.
Se deben llevar adelante cambios que apunten a democratizar sus espacios en todos los niveles, para lo cual es necesario:
Que se explicite el Proyecto de desarrollo de la Academia, abriéndose un Claustro Universitario con participación democrática real (y no sólo discursiva) de todos los estamentos, en donde cada sector pueda incorporar sus respectivas propuestas.
Que se esclarezcan las atribuciones efectivas del Directorio de la Universidad, definiendo las responsabilidades que a cada autoridad le compete.
Que toda la comunidad universitaria (autoridades, académicos, funcionarios y estudiantes) con porcentajes diferenciados, participe en la eventual elección de Rector.
Hacer efectiva la participación de representantes de todos los estamentos, en el Consejo Superior, asegurando la presencia del Sindicato y de los Centros de Estudiantes existentes.
Transparentar los procesos de sumarios actuales, que deben hacerse según los reglamentos reconocidos por todos los actores. El exceso en las sanciones a los estudiantes implicados en estos procesos atenta contra el espíritu fundante de nuestra universidad.
Que se den las garantías para que cada estamento tenga la posibilidad de discutir abiertamente sus problemáticas. El Encuentro que se realizará en el Canelo de Nos el próximo 31 de agosto, por iniciativa de La Mesa de Debate, es crucial para que los estudiantes debatan sobre el devenir del proyecto universitario y busquen la forma en que este estamento pueda participar de manera real en la toma de decisiones de la UAHC.
Frente a este sistema de “libre mercado”, en donde la educación no es más que una buena o mala mercancía, instituciones como la Academia que declarativamente dicen romper con esas lógicas, debieran estar obligadas a perspectivar el conocimiento crítico y contribuir a la creación de alternativas al modelo, para ejercer contrahegemonía.
En contextos como estos, a universidades como la nuestra, no le quedan mayores elecciones: 1) conformarse con subsistir reproduciendo las lógicas del mercado desde la exclusión, porque por sus características les es imposible competir en los mismos términos de aquellas que se presentan con altos aranceles a los estudiantes y apoyo financiero de grandes compañías multinacionales, 2) adecuarse a los dictámenes del mercado, como cualquier otra universidad privada para preservarse, 3) romper con la lógica de la sobrevivencia y buscar tener incidencia a nivel nacional, asumiendo un rol contrahegemónico para poner en el centro de la discusión pública las alternativas a este sistema económico, político, social y cultural.
Es urgente que la Universidad reconozca algunas de sus problemáticas y de cuenta de su gravedad. Tres rectores en tres años, hablan de una Universidad que no es capaz de gobernarse a sí misma y sin duda será un elemento que nos complicará profundamente en el nuevo proceso de acreditación que debemos enfrentar a partir de diciembre de este año, pero esta es una institución que ha resistido muchas crisis y probablemente esta vez no será la excepción. Sin embargo, no creer que este espacio pueda ser perfectible, es condenarlo a la sobrevivencia y a la marginalidad.
Un espacio como este, que se decide a ejecutar un papel protagónico en la defensa de los valores democráticos que apunten a la construcción de una sociedad más justa, no puede complacerse simplemente con existir sin entrar al campo de disputa del saber. Debe decidirse a tomar posición, y esa perspectiva debe ir de la mano con los principios fundacionales que la cimientan.
Juventudes Comunistas de Chile
Base Patricio Bunster
Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
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